lunes, 17 de mayo de 2010

FILOSOFÍA PRESOCRÁTICA

Se suele llamar filosofía presocrática al período de la historia de la Filosofía griega que se extiende desde el comienzo mismo de esta, con Tales de Mileto hasta las últimas manifestaciones del pensamiento griego no influidas por el pensamiento de Sócrates; aun cuando sean cronológicamente posteriores a él. Por lo tanto, se incluye dentro de los llamados "presocráticos" a todos los filósofos del siglo VI a. C. e incluso algunos del V a. C.

La obra de estos pensadores antiguos no nos ha llegado sino fragmentariamente, en citas de autores posteriores, por lo que el estudio de sus doctrinas debe tener presente constantemente la forma de transmisión textual y la valoración de las fuentes.

Fragmentos y testimonios de Tales
630/625–545 ane
I. Cronología y origen

(D-K 11 A 2) Suidas:

El milesio Tales, hijo de Examio y Cleobulina, pero fenicio según Heródoto, nació antes de Creso durante la Olimpíada 35 (640-637 a.n.e.). Según Flegonte, era conocido ya en la séptima Olimpíada (752-749 a.n.e.) ... murió viejo, mientras presenciaba un certamen gimnástico, aplastado por la multitud y agotado por el calor.

(D-K 11 A 1) D. Laercio I 22:

Tales, como dicen Heródoto, Duris y Demócrito, tuvo por padre a Examio y por madre a Cleobulina, de la familia de los Telidas, que son fenicios, los más notables de los descendientes de Cadmo y Agenor. Era uno de los siete sabios, como dice Platón. Fue el primero en recibir el nombre de sabio, cuando se nombraron así los siete, siendo arconte de Atenas Damasio, como dice Demetrio Falero en su Catálogo de los arcontes. Fue inscrito como ciudadano de Mileto, cuando llegó allí con Neleo, que había sido expulsado de Fenicia. Pero como afirma la mayoría, era Milesio de nacimiento y de familia ilustre.

Principios filosóficos
a) La tierra flota sobre el agua que es la fuente de todas las cosas
(D-K 11 A 1) D. Laercio I, 27:
Supone que el agua es el principio de todas las cosas y que el cosmos está animado y lleno de démones.

D-K 11 A 12) Aristóteles, Met. I 3, 983b:
La mayoría de los que filosofaron por primera vez creyeron que los únicos principios de todas las cosas son de especie material. Pues aquello a partir de lo cual existen todas las cosas, y lo primero a partir de lo cual se generan y el término en que se corrompen, permaneciendo la sustancia pero cambiando en los accidentes, dicen que es el elemento y el principio de las cosas que existen; por esto creen que nada se genera ni se corrompe, pues tal naturaleza se conserva siempre... Pues ha de haber alguna naturaleza, ya sea única o múltiple, de la cual se generan las demás cosas, conservándose ella. En cuanto al número y la especie de tal principio no todos dicen lo mismo, sino que Tales, iniciador de tal filosofía, dice que es el agua (y por ello también manifestó que la tierra está sobre agua).



Fragmentos y testimonios de Anaximandro
610/9–545

I. Cronología
(D-K 12 A 1) D. Laercio, II 2:
Apolodoro de Atenas... en sus Crónicas dice que [Anaximandro] tenía sesenta y cuatro años en el segundo año de la Olimpíada 58a. (547-546 a.n.e.), y murió poco después; de modo que alcanzó su acmé aproximadamente en el tiempo de Polícrates, tirano de Samos.


(D-K 12 A 11) Hipólito, Ref. I 6, 1-7:

Escribió Sobre la naturaleza, un Perímetro de la Tierra, Sobre las estrellas fijas, una Esfera celeste y algunas otras cosas.


El “Apeiron”.

a) El ápeiron como contenido del arjé

(D-K 12 A 9) Simplicio, Fís. 24, 13-25:
Entre los que dicen que es uno, en movimiento e infinito, Anaximandro de Mileto, hijo de Praxíades, que fue sucesor y discípulo de Tales, dijo que el principio y elemento de todas las cosas existentes era el ápeiron [indefinido o infinito], y fue el primero que introdujo este nombre de «principio». Afirma que éste no es agua ni ningún otro de los denominados elementos, sino alguna otra naturaleza ápeiron, a partir de la cual se generan todos los cielos y los mundos que hay en ellos. Ahora bien, a partir de donde hay generación para las cosas, hacia allí también se produce la destrucción, «según la necesidad; en efecto, se pagan mutuamente culpa y retribución por su injusticia, de acuerdo con la disposición del tiempo», hablando así de estas cosas en términos más bien poéticos.

(D-K 12 A 10) Ps. Plutarco, Strom., 2:
Anaximandro, compañero de Tales, dice que el ápeiron es la causa entera de la generación y destrucción de todo.

El ápeiron como diferente de los cuatro elementos

D-K 12 A 16) Arist., Fís. G 5, 204b:

Hay algunos, en efecto, que suponen que esto [lo que existe fuera de los elementos] es ápeiron, y no aire o agua, de modo que los demás elementos no sean destruidos por ser ápeiron uno de ellos, ya que los elementos son contrarios entre sí: como por ejemplo, el aire es frío, el agua húmeda, el fuego caliente; y si uno fuera ápeiron, los otros serían destruidos. Por eso dicen que aquello de lo que proceden éstos es distinto.

Y que ninguno de los elementos puede ser ápeiron es evidente también porque Anaximandro, deseando que el elemento fuera ápeiron, no propuso que fuera aire, fuego o alguno de los cuatro elementos; porque al comportarse éstos contrariamente entre sí, si alguno de ellos fuera ápeiron, sus contrarios serían destruidos por él.


Heráclito

1.
Pocas son las cosas que sabemos de la vida de Heráclito de Éfeso. Nació hacia el 544 antes de Cristo, aproximadamente, y vivió en Éfeso, ciudad enclavada en la costa Jonia, al norte de Mileto, hasta su muerte, en el 484 antes de Cristo. Pertenecía a una familia aristocrática y, al parecer, no se llevó muy bien con sus conciudadanos, si nos atenemos a alguno de los fragmentos que se conservan de su libro, y a los testimonios de sus contemporáneos.
2.
Escribió una obra a la que se le da el título común " Sobre la naturaleza" que se le había dado también a los libros escritos por otros filósofos anteriores. No es seguro que se tratara realmente de un libro en el que se desarrollaran sistemáticamente temas relacionados con el conocimiento de la naturaleza, el alma o la cosmología. Es probable que se tratara de un conjunto de sentencias recopiladas en forma de libro, hipótesis que se apoya en el carácter enigmático y oracular de los fragmentos que conservamos, carácter que ya en su época le valió el sobrenombre de "El oscuro".
Pensamiento
1.
Respecto a los contenidos esenciales de su interpretación de la naturaleza, siguiendo la línea abierta por los filósofos de Mileto, podemos destacar:

a) la afirmación del cambio, o devenir, de la realidad, ("Este cosmos [el mismo de todos] no lo hizo ningún dios ni ningún hombre, sino que siempre fue, es y será fuego eterno, que se enciende según medida y se extingue según medida.”) que se produce debido a:

b) la oposición de elementos contrarios, que es interpretada por Heráclito como tensión o guerra entre los elementos. ("Conviene saber que la guerra es común a todas las cosas y que la justicia es discordia y que todas las cosas sobrevienen por la discordia y la necesidad.") Ahora bien, esa "guerra" está sometida a:

c) una ley universal, el Logos, (que podemos interpretar como razón, proporción...) que regula todo el movimiento de la realidad conduciéndolo a la armonía, y unificando así los elementos opuestos; de donde se sigue la afirmación de la unidad última de todo lo real. ("No comprenden cómo esto, dada su variedad, puede concordar consigo mismo: hay una armonía tensa hacia atrás, como en el arco y en la lira".)

2.
La identificación del cosmos con un fuego eterno probablemente no deba ser interpretada en el sentido de que el fuego sea una materia prima original, del mismo modo en que lo eran el agua para Tales o el aire para Anaxímenes. El fuego sería la forma arquetípica de la materia, debido a la regularidad de su combustión, que personifica de un modo claro la regla de la medida en el cambio que experimenta el cosmos. Así, es comprensible que se le conciba como constitutivo mismo de las cosas, por su misma estructura activa, lo que garantiza tanto la unidad de los opuestos como su oposición, así como su estrecha relación con el Logos.
3.
La idea de que el mundo nos ofrece una real
idad sometida al cambio no es original de Heráclito: a todos los pensadores presocrácticos les impresionó dicha observación. Las afirmaciones de que "todo fluye" y "no se puede bañar uno dos veces en el mismo río" se las atribuye Platón libremente en sus diálogos, sugiriendo la correspondiente consecuencia: "nada permanece". Es probable que Heráclito insistiera en la universalidad del cambio más que sus predecesores pero, por los fragmentos que conservamos de su obra, lo hacía aún más en la idea de la medida inherente al cambio, en la estabilidad subsistente.
4.
Probablemente Platón se dejara influir por las exageraciones sofísticas del siglo V, y por las de los seguidores de Heráclito, como Cratilo, quien al parecer afirmaba que ni siquiera era posible bañarse una vez en el mismo río; pero sus consideraciones transmitieron a la posteridad una imagen deformada del pensamiento filosófico de Heráclito, en la que abundará posteriormente Aristóteles, quien acusará a Heráclito de negar el principio de contradicción (“Una cosa no puede ser ella misma y su contrario, en el mismo aspecto y al mismo tiempo.”) al afirmar que los opuestos son "uno y lo mismo". Parece claro por los fragmentos conservados que con esa expresión Heráclito quería significar no que eran "idénticos" sino que pertenecían a un único complejo, o que no estaban esencialmente separados. (Kirk y Raven, "Los filósofos presocráticos", Madrid, Gredos, 1970.)
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PARMENIDES

"Pues bien, te diré, escucha con atención mi palabra, cuáles son los únicos caminos de investigación que se puede pensar uno: qué es y que no es posible ser, es el camino de la persuasión -acompaña, en efecto, a la verdad-; el otro, que no es y que es necesario no ser.
Te mostraré que este sendero es por completo inescrutable; no conocerás, en efecto, lo que no es (porque es innaccesible) ni lo mostrarás.
Pues lo mismo es el pensar y el ser pensado." Fr. 2-3

La escuela de Elea fue tradicionalmente atribuida a Jenofanes de Colofón, quien se habría instalado en Elea, tras emigrar de Italia. Allí, habría tenido como discípulos a Parménides y otros más. Pero se trata de información incierta, lo más probable es que el propio Parménides haya sido el fundador de la escuela.
Parménides vivió en Elea y participó en la redacción de las leyes de su ciudad. Y es posible que su iniciación a la filosofía haya sido a través de los pitagóricos.
Inspirado probablemente en la literatura oracular y mistérica, el poema con el cual comienza Parménides (citado al inicio de este post) da a entender que el contenido que le sigue debe considerarse "revelación" filosófica.
El núcleo fundamental del poema se divide en dos partes:


1. La vía de la verdad (en la que expone su propia doctrina filosófica)
2. La vía de la opinión (doxa), en la que utilizando algunos elementos –posiblemente de origen pitagórico- se expone una cosmología criticada como "engañosa".
Parménides pretende pues, construir la vía de la verdad. Y así, deducirá que el Ser ("lo que es") es ingénito e imperecedero; finito, contínuo y único; indivisible e inmóvil.
En efecto: el ser es imperecedero e ingendrado porque en caso contrario habría que suponer que procede del no-Ser y vuelve a él; pero el no-Ser es impensable e inexistente. Del mismo modo, el Ser es "uno", ya que si hubiera otra cosa sería el no-Ser. Y también inmóvil, porque todo cambio sería hacia el no-Ser. E indivisible, puesto que el vacío que separaría a las partes sería equilvanete al no-Ser.


El giro abstracto de Parménides

Se trata un notable ejercicio de lógica, con lo que se marca una distancia respecto a los primeros filósofos jonios que hablaban de "los seres" buscando un arché de carácter concreto e incluso empírico. La lógica de Parménides no resulta demasiado convincente dado que solo maneja dos conceptos opuestos: Ser y no-Ser. Cabe preguntarse entonces qué es lo que quería decir en realidad.

En primer lugar, puede interpretarse que el objetivo fue el de demoler la filosofía de sus predecesores, especialmente la escuela pitagórica. En esta línea, es posible entender la negación del vacío, el tiempo y la pluralidad. El cambio y el movimiento son considerados ilusorios. El ataca es puntual contra el dualismo pitagórico, admitiendo como atributos del Ser sólo a los atributos que figuran en la columna izquierda de la enumeración pitagórica (ver posts anteriores).

El Ser al que Parménides refiere es la Realidad o, el Mundo. Y pareménides no podía concebirlo sino como algo corpóreo (la distinción entre lo material e inmaterial aún no existe. El mundo es algo limitado, compacto, inengendrado e imperecedero, excluyendo toda posibilidad de cambio y movimiento. Es como "una esfera bien redonda", inmóvil y eterna.

Finalmente, se observa que de un modo explícito, se introduce la distinción entre verdad y apariencia (u opinión) y se otorga primacía a la razón (lo que se puede pensar) por encima de la apariencias sensibles y engañosas.

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